Existen todavía las estructuras donde se mantenía comunalmente a un cerdo. Se llamaban «cochiqueras» o «cortijo». La tarea de mantenerlos se compartía entre los vecinos. Por lo general, al que le tocaba llevarse a los cerdos de paseo se llevaba a este tambien. Al cerdo se le llamaba «varraco». El uso que tenían era «cubrir» a las hembras.
Memoria histórica
Carmen Uceda, a propósito del semental del cerdo recuerda la tradición de «La igualá» en Horcajo de la Sierra: «Cada año se nombraban dos personas del pueblo encargados de ir a pesar a los cerdos que iban a matar las familias. Las familias invitaban a estos dos encargados de pesar al cerdo a pastas y aguardiente el día que les visitaban para el pesaje. Se apuntaban los pesos en un libro. Si tras matarlo se detectaba triquinosis y no se podía comer, entre todos los vecinos se le pagaba un nuevo cerdo dependiendo de los kilos que había pesado el cerdo. Esto duró hasta alrededor de 1960»
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