El uso de nuestro suelo

Si observamos las tierras alrededor de Horcajo de la Sierra y Aoslos, todo el terreno está organizado y pensado para una explotación al máximo. Hay que destacar que la tierra no es muy profunda y las temperaturas extremas (hay un dicho que dice, diez meses de invierno y dos de infierno), lo que ha dificultado siempre conseguir mucho beneficio más allá del pastoreo.

El paisaje está muy afectado por la despoblación sufrida en los años 60 y 70 y el abandono de usos tradicionales que ha tenido la sierra. En la memoria de los vecinos queda el recuerdo de un paisaje lleno de prados centrados en la ganadería con bosques más escasos. El éxodo rural es muy grande, sobre todo a Madrid. Los desplazamientos más normales eran a zonas donde otros vecinos del pueblo se habían asentado antes. Es por eso que cada pueblo de la zona tiene áreas de Madrid donde tienen más presencia.

Podemos destacar los siguientes detalles:

  1. Las áreas de bosque de roble melojo muy joven.
  2. Los muros de piedra.
  3. Las cumbres sembradas de pinos.
  4. Las regueras.
  5. Las carboneras.

Las áreas de bosque de roble melojo muy joven

Bosque joven de roble melojo
Bosque joven de roble melojo en la Dehesa de Horcajo de la Sierra

Si cortamos alguno de ellos y contamos los anillos podemos comprobar que tienen 30, 40 o 50 años. Estos bosques están creciendo en las zonas que antes estaban sin árboles destinadas a pastos y plantaciones. En los prados había ganado bovino y caprino. Podía llegar a miles las cabezas. En verano se subía el ganado a las zonas altas. Quedan restos de “chozos” de pastores donde podían dormir sin necesidad de bajar de nuevo al pueblo. Cuando llegaba el invierno se bajaban las ovejas a Extremadura y en los últimos años al sur de Madrid. Navalagamella, Villanueva de Perales…. En el pueblo se quedaban las yuntas de tiro, el semental y pequeños rebaños. 

La leña escaseaba más que actualmente. Por ponernos en situación, a La Puebla de la Sierra llegó el gas en los años 80. La gente usaba solo leña, para cocinar, para calentarse… Eso implicaba un uso de leña durante todo el año muy considerable. A día de hoy se gestiona todavía un reparto de leña a los vecinos delimitando áreas de corte en el monte mediante el método de “las suertes”. Hasta el año 2000, en nuestro Ayuntamiento todavía 2000 subían los vecinos que iban a participar en el reparto de leña  a la zona de corte seleccionada. Un vecino se ponía en una esquina del terreno a cortar, otro vecino en la otra esquina. Entre ambos se repartían equidistantes el resto de vecinos mirando al frente. Así se definía la parte de la que cada uno era responsable para cortar. Era entonces cuando empezaban a marcar los límites de su área de corte. Actualmente los agentes forestales marcan las áreas en el número de suertes designadas y se hace el sorteo de estas zonas “sacando un papelito” en el Ayuntamiento.

En las zonas de alta demanda de madera y comida para ganado se da un uso peculiar llamado trasmocho. Son estos troncos de árboles con tronco considerable y marcas de haber recibido varios cortes de ramas. En este área se hacía mucho con el fresno o el abedul por ejemplo. Las ramas se cortaban cuando tenían todavía un diámetro que se podía cortar con el podón. Se cortaban en agosto y septiembre. Se hacían gavillas y se guardaban con follaje para dar de comer a los animales en invierno, y también se sacaba leña. 

Cuando se cortaba leña para el carboneo, como se puede ver en La Puebla de la Sierra, el corte del árbol era a ras del suelo (“a hecho”). Por esta razón había que acordonar la zona para que crecieran los brotes hasta estar lejos del alcance del diente del ganado. Digamos que el trasmocho permite una explotación del suelo a dos niveles, el suelo y a la altura de las ramas.

Nieves López Estébanez, profesora de Análisis Geográfico Regional en la UAM, ha participado en diferentes artículos sobre el trasmocho en la Sierra de Guadarrama. Para quién esté interesado puede leer este artículo: “2013 tramochos  SECF”

Ejemplo de trasmocho
Ejemplo de trasmocho

Los muros de piedra

Muro de piedra en Aoslos
Muro de piedra en Aoslos

En relación al uso del territorio, los muros de piedra seca ya son parte inherente del paisaje. Es increíble la cantidad de horas de trabajo y esfuerzo que ha llevado su levantamiento. Su función era delimitar:

· Las Dehesas Boyales (montes propiedad del Ayuntamiento y uso comunal) donde se guardaban bueyes y vacuno. Se guardaba al toro que fecundaba a las yuntas. 

·  Los prados donde sembrar lino, centeno… o donde dejar al ganado. En ocasiones era posible regar estos prados “a  manta” y alargar su frescura y producción.

·  Las huertas

Se han construido con piedra de Gneis, la más antigua geológicamente hablando de toda la Comunidad de Madrid. La capa de tierra fértil no es muy profunda y se llega rápido a la capa de piedra. Una vez llegados a la piedra se picaba “con el culo hacia la Puebla”, esto se debe a que las vetas de esta piedra tienen esa dirección.

Esta técnica de construcción está muy perdida hoy en día. En la Reserva de la Biosfera “Sierra del Rincón”, se están organizando actividades para preservar su uso y conocimiento.

En 2019 se presentó una candidatura de los muros de piedra seca a Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Los países que participaron fueron: Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia, España y Suiza. En España participaron: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cataluña, Extremadura, Galicia y Valencia. En aquella candidatura no participaron los muros de la Comunidad de Madrid.

Las cumbres sembradas de pinos

Alto de la Pinilla
El alto de la Pinilla (1821 m) cubierto de pinos, visto desde Horcajo de la Sierra

Todos estos pinos se plantaron desde los años 50 o 60 hasta los años 70. El motivo fue el “Plan Hidrológico Forestal” que consistía en proteger las cuencas de recepción de los embalses del río Lozoya. Esta plantación de pinos ayudaría a sujetar la tierra en sus partes altas, protegiendo los embalses de llenarse de tierra. Esto es algo realmente importante, ya que todo el Valle del Lozoya está marcado por la función de recoger el agua potable para los grifos de Madrid. Tenemos hasta cinco pantanos y en concreto, el del Atazar, es el responsable del 45% del agua potable que llega a Madrid.

Embalses del Lozoya
En este mapa podemos ver la estructura del Valle del Lozoya. La línea roja delimita los bordes que por altura obligan a bajar todas las corrientes de agua al río Lozoya, y este busca la salida por la Presa del Pontón de la Oliva (número 6)

– El embalse de Pinilla (número 1 en el mapa): Inaugurado en 1967. Tiene como curiosidad que es el origen de las aguas de muchos pueblos de la sierra norte como es el caso de Horcajo de la Sierra. El agua del pantano se bombea a un depósito en altura desde el que se reparte el agua por tuberías gracias a la propia gravedad.

– El embalse de Riosequillo (número 2 en el mapa): Inaugurada en 1958. Con 1060 metros de longitud es una de las más largas de España. Ya que está prohibido el baño en cualquiera de los embalses, se ha construido la piscina natural del Riosequillo, a un lateral del embalse, con capacidad para 2000 personas.

Puentes Viejas (número 3 en el mapa): la segunda presa en construirse ya que en ocasiones de sequía la del El Villar se quedaba escasa. Aunque la primera fase se terminó en 1925, no se había terminado la segunda fase cuando estalló la Guerra Civil. Puentes Viejas y El Villar eran los embalses protegidos por la República durante la Guerra Civil con el frente de Somosierra. No se terminó totalmente hasta 1960.

Presa de Puentes Viejas (en construcción)
Presa de Puentes Viejas (en construcción)

El Villar (número 4 en el mapa): 1873. La más antigua de todas en funcionamiento, ya que el Pontón de la Oliva no llegó a funcionar, con su plan de administrar agua directamente a Madrid. Desde ella, en 1911 empezó a llegar directamente el agua a Madrid. Fue la primera construida en Europa con su diseño de gravedad de planta curva.

Presa del Villar
Presa del Villar

El Atazar (número 5 en el mapa): 1972 El último de todos los embalses y es el más grande. Tiene el 45 % del agua embalsada por el Canal de Isabel II. En él se permiten las embarcaciones deportivas.

El Pontón de la Oliva: (número 6 en el mapa): 1857. La primera presa construida en Madrid. Solo funcionó tres décadas. El cálculo de los geólogos no fue bueno y las filtraciones de agua en el terreno la hacían inútil en verano. Hasta su construcción, la ciudad de Madrid tomaba el agua de los viajes de agua  construcciones que venían desde los tiempos de dominio árabe.

Presa del Pontón de la Oliva
Presa del Pontón de la Oliva
Comparativa de pantanos entre 1946 y 1991
Comparativa de dos fotos aereas. La de la izquierda es de 1946 (se ven el embalse de Puentes viejas y el de El Villar), a la derecha vista en 1991 Fuente: CartoMadrid

Las regueras

La reguera en la dehesa
La reguera de Horcajo-Madarcos a su paso por la Dehesa de Horcajo de la Sierra

Es otra parte fundamental de la supervivencia de estos pueblos desde sus orígenes. El mejor momento para plantar en la montaña es el verano, justo cuando el agua escasea. De la misma manera, es vital para mejorar el sustento del ganado asegurando la fertilidad de los prados. Desde el origen de estos pueblos serranos se organiza un sistema de captación del agua en los altos para traerla hasta los pueblos por regueras. El diseño de estas regueras, con un recorrido de kilómetros de distancia y un diseño de ingeniería para mantener la cota hacen de sus recorridos hacen de ellas unos trabajos faraónicos para lo que fueron las posibilidades y recursos de los vecinos de la época. Su mantenimiento se ha mantenido con los trabajos anuales generación tras generación. Tanto Horcajo de la Sierra como Aoslos tienen su reguera. La de Aoslos está abandonada hoy en día por la falta de uso de sus vecinos. La de Horcajo de la Sierra, todavía en uso, ha sido datada recientemente. Tenemos constancia de su uso con anterioridad al Privilegio Real del 1 de abril de 1368.

Las carboneras

Con leña de la Dehesa se fabricaba carbón vegetal. La mejor madera para conseguir el carbón vegetal es la encina. El proceso tomaba entre 20 o 30 días. Gracias a la combustión lenta de la pila de leña se iba consiguiendo su conversión en carbón vegetal. Hay diferentes puntos donde se puede vislumbrar que se ha usado como carbonera, por los restos negros en el suelo, pero no es fácil hacerse una idea de como era. Algunos puntos localizados son: aquí y aquí.

En el pueblo de La Hiruela han reconstruido una para entender como funcionaba. Adjuntamos a continuación una foto.

Reconstrucción de carboneras en el pueblo de La Hiruela
Reconstrucción de carboneras en el pueblo de La Hiruela

Creative Commons License Ayuntamiento Horcajo de la Sierra-Aoslos. Contenido bajo licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional • Contenido desarrollado por Francisco Cañizares González en el «Programa de Empleo para Municipios Rurales de la Comunidad de Madrid» financiado por SERVICIO PÚBLICO DE EMPLEO ESTATAL Y COMUNIDAD DE MADRID. 2020-2021.

3 comentarios en «El uso de nuestro suelo»

  1. Muy interesante entrada al blog sobre usos del suelo.
    Sólo como anotación decir que también en Horcajo, en algunas zonas de la dehesa, aún se pueden apreciar vestigios de antiguas carboneras.
    Muchas gracias!

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    • Estimado Guillermo,
      Muchas gracias por la puntualización.
      Hemos actualizado esta entrada al blog incluyendo a los vestigios de carboneras en Horcajo

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